Después de 1 mes en este país, 20 días en su capital, nos toca seguir rumbo al Norte. Dejamos un pedazo nuestro en esta tierra que nos dio su calor.. Y su agua ! No se olvidó de llover siquiera una tarde, no nos toco ni una noche de estrellas, tuvimos que conformarnos con el Sol de la mañana y la brisa fresca de las noches para poder salir a conocer la vida de este país. Alguna que otra vez se dejó ver la Luna, presumiendo su vestido más radiante, pero fueron sólo dos noches y una madrugada.. Lo bueno de no poder pisar la calle sin mojarse es que, por lo general, significa una invitación a calentar agua y tomar mate, leer, tocar la guitarra o compartir algún partido de fútbol. Ni hablar si a la noche cae agua sobre el techo y uno yace recostado frente a algún dispositivo para ver cine. La lluvia (la "shuvia" se nos burlarían los ticos), es una bendición del cielo que a Costa Rica no se le ha escatimado.
Tuvimos el placer de conocer algunas de sus playas y bañarnos en la mano del Pacífico que acaricia estos lugares. Nos llenamos del amor que fluye en el aire por las Reservas Naturales, por la vida silvestre, por la flora y fauna, aprendimos del respeto por la Naturaleza que siente esta gente. Personas que han crecido rodeados de tucanes, lapas (guacamayos), mapaches, iguanas, cocodrilos y un sinfin de especies bellísimas de aves y ranas, entre otros tantos animales que viven en su hábitat natural.
Con el "Pura Vida" como emblema nacional, el "mae" como pronombre universal y el "Gallo Pinto" como comida diaria predilecta, los ticos (como se autodenomina el pueblo costarricense) nos han abierto las puertas de su corazón y nos llenaron de alegría con su simpatía y curiosidad. Tuvimos el placer de encontrarnos con casos muy especiales como nuestro querido amigo Norberth Robles que, como tantas otras personas a lo largo del viaje, nos abrió las puertas de su casa y nos acogió haciéndonos sentir parte de la familia, un gesto que emociona a cualquiera y habla de un buen corazón debajo de ese pecho. Después haciendo honor al refrán "Dios los cria y el viento los amontona" apareció Jorge, nuestro compatriota rosarino. Un personaje divino que debe permanecer en la memoria de todo aquel que lo haya conocido. De la misma manera que Norberth el sólo hecho de ver el fito y nuestras caras en internet fue suficiente para que nos invite a compartir unos días con el en su casa. Unos cuaaantos días.
Muchas veces la gente nos ayuda sin tener idea de lo que realmente significa para nosotros, piensan que si les decimos Gracias mil veces es por una cuestión de cortesía. No es por eso. Es porque estar en una casa de familia, tener un nuevo amigo con quien conversar por la mañana, dormir seguro en un colchón cómodo, contar con una cocina, sentarse a comer en una mesa de familia, la comida hecha por una madre, son cosas que no tienen precio y que tanto más apreciables son para quien no las tiene a diario. Además, hay algo que todas las personas que nos dieron una mano tienen en común: ganas de dar, de compartir, de crecer con las nuevas experiencias propias y ajenas y esto hace que cada encuentro tenga un color especial. Por todo esto GRACIAS nuevamente.
Como yapa nos encotramos en Guanacaste con el Hostal Botella de Leche de Mariana y su familia donde conocimos a Seba Chialina qeu viene desde Rosario también en su Kawasaki KLR con destino a Alaska, pasamos unos dias lindisimos con un grupo de argentinos que nos hizo acordar un poco como son las reuniones de movidas y ruidosas entre los "ches". Por amigos de amigos de amigos de amigos dimos con la familia berrocal que nos dejo sin palabras. Recorrimos una finca a caballo, hicieron un costillar entero! cosa que no hemso visto fuera de nuestro país y nos divertimos como nunca con una familia de esas que reciben a todo mundo y hacen de su casa un lugar de veraneo para familiares y amigos cada fin de semana.
Si pasan por Costa Rica les recomendamos que traigan paraguas si andan entre Octubre y Noviembre, cuenten con mas dinero que para el resto de los paises proque todos los costos son un poco mas elevados, visiten el Parque Nacional Manuel Antonio que es uno de los pocos que pudimso visitar aunque supongo que todos deben ser muy bonitos, pasen por el Tenedor Argentino en San Jose en pleno centro frente al Teatro Nacional, la playa de Tamarindo es muy bonita, ahi pueden parar en La Botella de Leche es lindisimo el hostal y bueno, toda la provincia de Guanacaste tiene unos paisajes hermosos. Como en todos lados es muy aconsejable hablar con la gente, los ticos en especial son muy buena onda y abiertos a conversar con desconocidos y extranjeros. Lleven repelente cuando anden por bosques y selvas y no dejen de visitar el Volcan Puas o Arenales !
Han pasado cosas muy fuertes en este país decisivas para el viaje, Nos despedimos de Mojarra y el Toto, conocimos gente lindísima que tuvimos que despedir, nos mojamos como locos, hemos tenido que asistir la Brasita de Fuego bajo la lluvia, comimos asado como locos, pasamos horas estancados en el tráfico, hablamos con periodicos, radio, televisión (con las consecuencias positivas y divertidas de haber sido visto en algún medio por la gente), se expuso el auto en un concecionario, cambiamos aceite, reparamos frenos, lubricamso bomba de agua, festejamos el cumpleaños del galgo, se quedó la guitarra del flaco, llego Daiana una hermosa guitarra, vimos cocodrilos, fuimos a un volcán, encontramos familiares lejanos que se contactaron después de aparecer en las noticias, estuvimos con Eve una gran amiga argentina que conociamos de Panamá, estuvimos en 3 encuentros de autos y conocimos a Seba. Por esto y muchisimos detalles más, nos llevamos un lindísimo recuerdo de Tiquicia, un país que nos dejó, junto con sus enseñanzas, muchas ganas de volver.. "Pura vida Mae !"
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